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Se dice que: «la vida es un viaje y viajar es vivir dos veces«; y Ester Talamazzi, con tan solo 21 años, ya ha vivido muchas vidas… ¡Y no tiene intención de parar!

A los 16 años, cuando la mayoría de sus compañeras tenían una idea bastante vaga de su futuro, ya tenía objetivos claros y optó por mudarse de Campo Ligure, en la provincia de Génova, a Roma, en la fábrica de talentos del voleibol Volleyrò Casal de Pazzi: aquí vive con sus compañeros de equipo, entrena todos los días, pero nunca pierde de vista la escuela. Los sacrificios de esos 3 años fuera de casa se vieron recompensados cuando el equipo de Ester se convirtió en campeón de Italia sub-18 en 2014.

Para muchos esto ya sería un gran objetivo, pero para Ester es solo el comienzo: al año siguiente decide asumir un nuevo desafío, cambia de colegio nuevamente (aunque sea el año más difícil, el de los exámenes de secundaria) y se muda a Novara, donde encuentra espacio como titular en la Serie B y en el verano obtiene el diploma de Bachillerato Científico. Continuar con sus estudios y el deporte siguió siendo una prioridad: Ester se matriculó en la Facultad de Economía, comenzó a presentarse a sus primeros exámenes y al mismo tiempo afrontaba su primera temporada deportiva en la Serie A de Cisterna, de nuevo en el Lazio. Uno podría pensar que a estas alturas el camino está trazado: pero no… Todavía no es suficiente para Esther y decide que es hora de cruzar el océano: ha sido admitida en el Instituto Politécnico y Universidad Estatal de Virginia (para los estadounidenses, Virginia Tech) y desde enero se ha convertido oficialmente en un Estudiante-atleta del Colegio Blacksburg. No sabemos cuántas vidas tiene aún planeadas Ester, por el momento solo nos queda seguirla en esta nueva aventura en el extranjero. ¡Buena suerte!